Esta semana comenzó fatal. Un dolor de muelas increíble amenazó todo mi fin de semana y aún me desconcentra en el trabajo. Hoy es el gran día, la visita obligada al dentista, a quien le tengo una fobia enorme.
Una fobia válida y formada desde mi chiquititud ya que siempre le he sentido temor a ese ruido constante del taladro y a esa cara oculta detrás de una gran mascarilla celeste. Esta vez, el dolor insoportable de la muela final - la del juicio - que atenta salir, no sin hacerse notar, hace que recurra a este oscuro ser para que - con su mesa llena de instrumentos que dezconozco - me alivie este dolor que es el más intenso que una persona pueda soportar.
Antes de retirarme dejo al aire una consulta: ¿cuándo harán aparatitos laser para curar dientes y para extraer muelas? Así nos alivian el temor de pasar una semana de pánico a todos los odonto-fóbicos.
Foto:
Dead Ringers de David Cronemberg
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