jueves, mayo 24, 2007

Carretillas Driver gana en La Habana

Fernando Torres acaba de regresar de La Habana, donde su cortometraje fue seleccionado para participar en el 5to. Festival del Cine Pobre realizado en Gibara, desde donde hoy recibimos la noticia de que el documental de Torres ha recibido una Mención Especial. A partir de esta noticia, repaso con ustedes la entrevista que le hice para Cortocircuito, ventana especializada en divulgar trabajos audiovisuales, perteneciente a Cinencuentro.



Los inicios de Fernando Torres en el mundo audiovisual son a través del Cineclub “Abre los ojos” de la Universidad Antenor Orrego, donde su interés por el cine crece. Su primer acercamiento al séptimo arte lo tuvo a partir de su madre que lo llevaba a ver películas hindúes como La familia elefante, Jocker, 300 millas en busca de mamá, en el cine Sagitario.

Como característica recurrente en los cortometrajistas peruanos, Torres también desarrolla su primer corto Carretillas Driver dentro de las aulas universitarias como parte de un curso universitario de la carrera audiovisual. Dentro de la realización, Fernando desarrollo la investigación de manera personal a partir de entrevistas y de conocer a los protagonistas de su documental en uno de los mercados mas populares de la ciudad de Trujillo y que se encuentra cerca de una de las zonas más peligrosas de la ciudad.

El corto fue rodado en Video Hi8 en un solo día de rodaje. A la par, Fernando colaboraba con otro grupo de estudiantes que grababan otro corto documental sobre pandillas en la zona de Florencia de Mora, aledaña al mercado de la Hermelinda.

La historia que presenta Carretillas Driver es más que todo un recorrido por la vida diaria de 3 niños carretilleros en sus horas de trabajo, con un tratamiento diferente, no mostrando lo terrible y trágico de la faena laboral sino la toma de conciencia de los niños sobre el rol del trabajo en su familia, ya que lo ven como una ayuda y un aporte a su hogar más que como una explotación y un sufrimiento.



Fernando conoce esta realidad pues la ve a diario, ya que aparte de seguir estudios en la universidad, ha trabajado como taxista y ha sido testigo involuntario de esa parte social, de esa construcción diaria de lo urbano marginal que es el espacio donde toma las historias para realizar sus cortometrajes.

Con este trabajo, Torres gana el premio a Mejor Documental en la categoría estudiantil del Festiva Nacional de Cortos (FENACO) en Cusco, donde se hace acreedor a un Paquete para estudiar edición y posproducción en Media Solution, además ha ganado el premio a mejor documental -Sede Trujillo- de La noche de los Cortos y el Premio del la Asociación de Facultades de Comunicación realizado en el Cusco, donde quedó en segundo lugar.



Fernando Torres ahora se prepara para realizar un documental turístico sobre la hacienda azucarera Laredo, del cual ya tiene el guión listo, además de realizar un corto de ficción sobre el amor y la relaciones entre parejas de la tercera edad llamado “Paris cien pasos”.

Ficha artística y técnica

Duración: 09′083″
Fromato: Video Hi8
Fecha de realización: 2005

Personajes:
Wilton, Segundo, Luis, Elmer, Sra. Betty

Dirección: Fernando Torres
Guión: Fernando Torres
Producción: Sue Orihuela
Equipo de Producción: Betty Villanueva, Wilson Fernández, Marlene Linares, José Gurreonero, Núñez Alcántara, Katia Valencia, Gina D’Angelo, Tesis Sagástegui, Dante Padilla, Marialuisa Bazán, Paul Castillo
Edición: Fernando Torres
Cámara: Rommel Ascue, Richard Deza
Musicalización: El chúntaro Style (El Gran Silencio), Mi dolor (Chacalón y la Nueva Crema), Gregorio (Fránesis)

Chullachaqui en C.C. España

El jueves por la noche se realizó el estreno del cortometraje iquiteño Chullachaqui en el Centro Cultural de España. El equipo de Cinencuentro en pleno asistió a la proyección en el auditorio de la calle Natalio Sánchez.

Una cola, que se perdía en la Av. Arenales, esperaba impaciente en la puerta principal del espacio cultural el inicio de la proyección del primer corto grabado en la selva peruana, con actores no profesionales y con financiamiento netamente local. El inicio del evento se hizo esperar por casi 30 minutos, que se extendieron, además, porque dentro del local también se preparaba otra inauguración paralela a la reunión cinematográfica.

Ya ubicados en el auditorio, que se copó en pocos minutos de personas de todas las edades, se dio inicio a la presentación de la obra con las palabras del director Dorian Fernández, que, recalcó la importancia que tenía para él “colaborar con un grano de arena en el cine provincial, además de poder, con este primer paso, instaurar una industria de cine amazónico.

Apagadas las luces, una luz emergió de una esquina, se trataba de una lámpara encendida, el portador era un nativo selvático (el actor de teatro Rubén Manrique), que en un monólogo muy particular y acompañado de sonidos característicos de la selva, nos introdujo al mundo amazónico donde “existen un sinnúmero de historias que contar y donde Chullachaqui es sólo el inicio”. [Ver el video] La luz se apaga y el corto comienza.


Chullachaqui, en la versión de Fernández, cuenta la historia de siete alumnos universitarios que deben internarse en la selva con el objetivo de recolectar muestras para su trabajo final de biología. A partir de este viaje, y de manera muy rápida, el desarrollo de la historia dará cuenta de las contínuas desapariciones de los protagonistas.

Fernández, publicista de profesión, acierta dentro de su trabajo de ficción en dos cosas: la fotografía, sobresaliente en los planos generales e iniciales que desarrollan un clip turístico dentro del relato; y en los efectos sonoros, sobre todo en los momentos de tensión donde el ser sobrenatural se apodera de las víctimas. Sin embargo, las falencias a nivel actoral y la rapidez, sin descansos, con la que suceden los hechos hacen que el corto no llegue a colmar las expectativas que suscita el inicio con el logrado primer plano de la falsa entrevista a un lugareño (representado por el mismo Rubén Manrique, quien se desempeñó además como director artístico del corto).

Tras el visionado de la ópera prima de Dorian, se presentó el vídeoclip con el tema promocional del filme, rodado en la azotea del edificio más alto de Iquitos (de 12 pisos, según referencia de Dorian, quien también dirige el videoclip) emulando los clásicos videos de azotea grabados por bandas como The Beatles y Jarabe de Palo. La canción “Mundo raro” es interpretada por la banda loretana Tran-C, que se inició tocando covers de rock and roll y que acaba de lanzar su primer trabajo con canciones propias después de diez años de trayectoria. Un trabajo audiovisual bastante ambicioso y muy bien producido sin mucho que envidiar a las propuestas capitalinas.

Despúes de la presentación del making of, un video deficiente, lleno de retazos jocosos más que información, se dio pie a la ronda de preguntas donde abundaron las interrogantes y las felicitaciones con un marcado tema en común (más allá de las típicas preguntas estilo conferencia de prensa) el compromiso de fidelidad con el personaje de la historia tradicional y mitológica; o la generación de un nuevo personaje a partir de la creación personal y la aprehensión de características específicas del ser mitológico.

Todas estas cuestiones, tomando como punto de partida la representación del Chullachaqui de Fernández, donde llama la atención la particularidad que tiene este ser mítico de matar; cosa que tradicionalmente no hace, ya que en casi todas las versiones del mito el ser imaginario del Chullachaqui sólo posee la destreza de confundir a las personas, de desorientarlas. Es así que, en opinión de algunos asistentes al evento, el director loretano rompe y transgrede la esencia del mito para convertir la leyenda en una historia de terror, un simple género cinematográfico, traicionando así la larga cadena oral de la que el cuento nace, convirtiéndolo ya no en un personaje particular, sino en un mounstruo de terror hollywoodense. Otras voces defendieron el derecho del director de ficcionar y usar un mito amazónico para crear una historia propia, el mismo Fernández señaló que en los créditos de inicio se cuidó de colocar un cartel con la frase: “inspirada en una leyenda amazónica”.

Opiniones que no sólo interesan en esta obra, sino también en las obras de mitos bastante difundidos en el colectivo popular de cada región del país y que han sido retratadas en la pantalla grande por directores como Nilo Inga (El Tunche), Henry Vallejo (El misterio del Kharishiri) o Palito Ortega y Mélinton Eusebio (Jarjacha: el demonio del incesto). La pregunta sigue en el aire: ¿se deforma y transgrede la visión colectiva de una tradición popular o se renueva y enriquece con la visión artística de cada uno de los directores que recurren a estos relatos para generar sus guiones cinematográficos, sus películas de terror comercial?

martes, mayo 08, 2007

Una pequeña mirada a Watanabe

En 1992, Danny Gavidia realizó el cortometraje Una pequeña mirada, una obra que reflejaba el camino de una niña provinciana que llegaba a Lima escapando de los infiernos del conflicto armado que azotaba la sierra central. La historia se entretejía a partir de los textos de José Watanabe, quien reflejó en su narración, el modo particular y el conocimiento pleno de la realidad de esos tiempos; evidenciando un gusto por las metáforas fuertes y duras que nos remueven el estómago, nos atraen y comprometen con su modo de pensar y de vivir.

Se trata en suma de un trabajo comprometido que aportó una mirada sobre ese momento de nuestra historia que nos causó tanto dolor y que Watanabe y Gavidia supieron universalizar en una sola voz (la de Débora Correa) y que ahora, tras la muerte del poeta se convierte en una pieza invalorable de su obra particular. Vean Una pequeña mirada, producida por Casablanca Films en 1992. Este homenaje al poeta peruano fue publicado en www.cinencuentro.com con motivo de su deceso.


Cineramas, corto de Julia y Telmo

Julia Gamarra y Telmo Arévalo, productores audiovisuales egresados de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, presentan Cineramas, cortometraje realizado el año 2004 durante su formación en la universidad. Cineramas es una historia basada en cuentos del colombiano Andrés Caicedo y cuenta además con la participación de Francisco Adrianzén. Los realizadores nos contaron en una entrevista sobre sus próximos proyectos, su visión del cine peruano y el desarrollo de la nueva camada de cineastas. Esta entrevista la realicé hace unos meses para el blog de Cinencuentro (www.cinencuentro.com)



¿Cómo se conocieron?
Julia Gamarra: Nos conocimos en San Marcos, somos de la escuela de comunicación social. En realidad casi ya entrando a la especialidad, empezamos a hacer amistad y a conversar sobre los proyectos cinematográficos que teníamos en conjunto, las ideas de hacer cine que teníamos para el futuro. En la escuela en realidad la especialidad es producción audiovisual pero de cine se habla muy poco y entonces junto a tres personas más empezamos a conversar del tema, el interés de proyectarnos cuando egresáramos hacia la producción cinematográfica o audiovisual en general.

¿Y cómo nace la idea del corto?
Telmo Arévalo: Nace por un interés de Julia por Andrés Caicedo, el crítico colombiano, ella adaptó tres cuentos que le gustaban mucho y es ahí donde sale el guión, conversamos la idea visual luego, y así sale sin mucha demora el corto. Sale muy rápido ya que por ser del curso teníamos el tiempo un poco ajustado
Julia: Yo dije: Me gusta este pata y me gustan estos textos de Andrés Caicedo así que por qué no hacemos algo y de ahí la idea de un par de personas que se encuentran en un cine. Nos sentamos un día a conversar y salió el guión y casi el guión técnico a la vez, rápido, fue una cosa de mucha comunicación, mucha intuición también.


Fue un trabajo para un curso de fotografía.
Julia: Si, este corto fue del 2004, cuando estábamos en el cuarto año de la universidad, el primero de la especialidad, conociendo ya un poco más, como se enfocaba en San Marcos el trabajo audiovisual, y en foto nos hicieron varios requerimientos de trabajos y un proyecto final de video.

¿Y la música la trabajan con Diego Sarmiento?¿Cómo así llega Diego a trabajar con ustedes?
Telmo: Diego es dentro de nuestra promoción el que mejor trabaja audio y consideramos que él podía componer la música y creo que lo hizo muy bien
Julia: En realidad los trabajos eran grupales, pero el apremio del tiempo nos hizo concentrar el trabajo entre ambos y contar con algunos compañeros en algunas cosas de asistencia y finalmente cuando hicimos la edición, Diego nos apoyó con la revisión de la edición y la música, y así le dimos el toque final.
Telmo: Incluso nos apoyo con la locución en off, ya que es su tío quien la realizó, y en cuestión de post, Diego hizo muy bien su trabajo.

¿Y cuánto duró todo el planeamiento, desde la pre hasta que terminó?
Julia: La pre producción y la realización menos de una semana y la post producción si tomó un poco más de tiempo, porque estábamos en la universidad, teníamos otros cursos y había que darle más dedicación.

¿Porqué optan por el blanco y negro?
Telmo: Pienso que es algo así como hablar del metacine, hablar de cine dentro de él, y sobre todo de un tema donde se añora el cineclubismo, entonces se prestaba completamente ese tratamiento, incluso la narración en off, eran varios factores.
Julia: Era dar una estética de cine mudo, frente a un tema que de por sí nos causaba bastante inquietud que era el fin del cineclubismo, es una añoranza a lo que fue, con una estética de inicios del cine un poco modernizada.

¿Y ese concepto de la pérdida del cine, todavía lo mantienen?
Telmo: Me parece que se va a mantener.
Julia: Se va a mantener de cierta forma porque era una cuestión generacional, de la inquietud que teníamos con cierto grupo de personas, y bueno en nuestra promoción de comunicadores sociales, no productores, somos alrededor de cien personas, y uno ve las diferentes expectativas de cada uno, y cómo que no hay mucho interés, incluso siempre se ha presumido de la posibilidad de cerrar nuestra especialidad, entonces era eso: ¿qué pasa? ¿por qué no se interesan? Por eso hcicimos algo al respecto.
Telmo: Hay una cosa curiosa en la Escuela, a la especialidad de Producción se le considera la tercera y última, no está considera como Organizacional o Periodismo y es por eso que siempre se habla de desaparecer la especialidad y los alumnos están como en un limbo y apelar al cine creo que parece una locura.

¿Y no se están abriendo más espacios para mostrar cine?
Julia: Claro, pero era 2004, estábamos estudiando y no sabíamos que nos deparaba el 2007 y si ahora son las cosas de repente un poco más claras, en ese entonces decíamos: pero quién va a contar con nosotros, cómo vamos a hacer cine, si ese es el interés y encima la gente y la institución con la que podemos contar no se interesan mucho.
Organizamos algunas actividades académicas, sobre todo después de realizar el camino de la producción que tanto nos interesaba.

¿Y para el corto qué ayuda tuvieron: financiamientos, permisos…?
Telmo: Yo creo que la ayuda principal fue la de Pancho (Francisco Adrianzén)
Julia: El espacio donde se registró también, porque económicamente fue muy de bajo presupuesto, bajísimo. Como pueden ver contamos con Telmo en la actuación.

¿Cuánto costo el corto?
Telmo: ¿Menos de cien dólares?
Julia: No. Pero ya contando con la post producción, quinientos dólares a lo mucho. Pero uno puede siempre decirte una cifra, pero en general el trabajo que no se cobra, como el nuestro, el local, que si cuantificamos, salen aproximadamente unos quinientos dólares, pero efectivamente el gasto que hicimos fue distinto, afortunadamente.

¿Grabaron en MiniDV?
Julia: Sí, una MiniDV que nos prestaron.
Telmo: Isla prestada para editar.
Julia: Espacios prestados, los talentos prestados, Pancho Adrianzén que es sonidista. Tuvimos el detalle de su actuación, Pancho nos dio un día de trabajo y también un apoyo en cuanto a sonido, una cierta orientación, que incluso no habíamos contemplado, pero él muy amablemente nos dio y cada persona que lo ve dice ahí esta Pancho Adrianzén actuando, ¿cómo lo hicieron?.

¿Dónde han exhibido el corto?
Telmo: En Cusco, aquí en Lima en el CAFAE, en Barranco, también estuvo en el festival “El Espejo” en Colombia, que es de corte estudiantil.
Julia: En Unifest que es un festival en España, también estudiantil, luego en Chiclayo, en nuestra escuela, en la Universidad, en concursos universitarios de comunicación…

Y desde entonces ¿Qué otros trabajos han hecho?
Telmo: Uno más para un curso.

Juntos ¿no?
Julia: Si pero ahora Telmo en la dirección y yo asumiendo la producción que es más o menos la orientación que teníamos. Y de ahí proyectos documentales, trabajos básicamente de la universidad. Y ya saliendo cada uno ha tomado diferentes caminos y hemos tratado de apoyarnos. Hemos trabajado juntos en un cortometraje que he producido y Telmo ha estado apoyándonos. Y en proyectos cinematográficos que tenemos, estamos pensando en contar con el apoyo mutuo.
Telmo: Es una cuestión de no parar, yo estoy en la cuestión documental e institucional en algunos casos.
Julia: Si bueno ya tenemos dos años, en este tiempo me he dedicado a elaborar proyectos audiovisuales, tal es así que ya tengo una empresa e incluso dos proyectos de largometraje.

Y ahora ¿qué proyectos siguen?
Telmo: En realidad si hay un proyecto juntos pero es para mas adelante.
Julia: Siempre que hay oportunidad se hace algo, ahora que hay herramientas por qué no se puede hacer algo, hace poco hablamos sobre eso.

¿Qué opinan sobre el apoyo a la producción nacional que el Estado debería dar?
Telmo: Creo que esta fuerza inicial que existe debería manifiestarse con más poder para que haya un cambio en la cuestión presupuestal, que haya una visión cultural del Estado, ese es nuestro punto de vista como interesados en el mundo del cine.
Julia: Si bueno, dispuestos a apoyar, lo hemos hecho en nuestros años en lo posible participando en cuanto a temas de diversidad cultural o por la ley de cine, la idea es que cada uno desde su lugar pueda hacer algo, e invocar a la gente que desde donde esté, si tiene el interés de dedicarse al cine o de que haya una industria de cine peruano, pues que se involucren, que realicen, que lo intenten, que traten de ser cada vez más profesionales para que la opinión publica, los políticos, las instituciones puedan darse cuenta de que no somos cualquier cosa, sino que tenemos una intención clara de que el cine peruano tenga una industria, fastidiar para que nos den el presupuesto.

¿Y que opinan sobre el desarrollo actual del cine nacional?
Telmo: Es una cuestión saludable de todas formas para los que estamos ahí o para los que queremos estar, pero hace falta más presencia, más difusión y hace falta más gente que se anime a dedicarse exclusivamente a esto aunque sea complicado. Me parece saludable que incluso en el interior la gente le haya dado la espalda a Lima y empiece a realizar para su publico, eso es muy bueno. Pero igual yo siento que hay un desorden pero que es parte de ese proceso, la gente produce dentro del país y aquí en Lima. En el interior incluso no sabemos como es la cuestión de la distribución, de proyección –contratan lugares para proyectar y esa es su forma de recuperar la inversión– pero seguramente como todo proceso que empieza sin un aval oficial, va a llegar a un buen norte, yo creo que si.
Julia: Lo importante es que estamos en camino de llegar a ser más profesionales, si bien hay un auge de trabajos, muchas veces uno se contenta con hacer un proyecto y no tiene una continuidad, un destino trazado, en eso sería ideal que la gente que se dedica al trabajo de producción apueste por darle continuidad al trabajo, en pensar en qué forma va a ser la producción, uno puede quedarse en hacer la proyección, pero no busca donde presentar el trabajo, donde salir, sobre todo en la gente joven como nosotros, pero creo que es por desconocimiento; pero ahora teniendo tanta apertura, por ejemplo usando Internet, la gente debe dedicarse un poquito más a eso y bueno así abrir un nuevo camino, porque con los realizadores asentados como que es más difícil involucrarse.
Creo que se están dando las posibilidades en el cine de provincias como en el cine joven, ahí se están generando nuevas perspectivas.

Cineramas (2004)
Dir. Julia Gamarra y Telmó Arévalo | 10 min. | Perú | MiniDV

Reparto: Francisco Adrianzén, Candy Torres, Telmo Arévalo
Narración: Jorge García Calderón
Voz en off: Pamela Paz, Telmo Arévalo
Producción: Julia Gamarra
Dirección de fotografía: Telmo Arévalo
Guión: Julia Gamarra, a partir de los textos de Andrés Caicedo: “El espectador”, “Destinos fatales” y “Diario”
Edición: Julia Gamarra, Diego Sarmiento
Asistente de edición: Telmo Arévalo
Postproducción de sonido: Diego Sarmiento
Música: Diego Sarmiento
Animación: Iosif Ibarra

Fotos: Hugo Palomino
Producción: Mary Panta
Transcripción: Luis Ramos y Luisa García


lunes, mayo 07, 2007

El Fauno y el laberinto

Dir. Guillermo del Toro | 112 min. | México – España – EE.UU.

Intérpretes: Ariadna Gil (Carmen Vidal), Ivana Baquero (Ofelia), Sergi López (Capitán Vidal), Maribel Verdú (Mercedes), Doug Jones, Manolo, Solo, César Vea, Roger Casamajor, Iván Massagué, Gonzalo Uriarte, Eusebio Lázaro, Francisco Vidal, Lina Mira.

Estreno en Perú: 8 de febrero de 2007

El laberinto, ese juego de niños donde entramos confiados en que el camino a recorrer será sencillo, nos oculta pasajes misteriosos, difíciles, oscuros que requieren una rápida toma de decisiones antes que se cierre el puente, antes que anochezca. Nos invita a una realidad paralela encerrada entre paredes para olvidar el mundo en que vivimos, para demostrarnos que la fantasía también nos ayuda a salir de la crisis.

Viendo El laberinto del Fauno, recordé Laberinto (Labyrinth, 1986) de Jim Henson, donde una jovencísima Jennifer Connelly tiene que internarse en el laberinto del Rey de los Gnomos – interpretado por David Bowie – para rescatar a su hermano recién nacido, un cuento de hadas donde Connelly aprenderá a madurar.

Al igual que en Laberinto donde los personajes de fantasía ingresan a la realidad a tomar algo para llevarlo en signo de sacrificio al mundo fantástico que necesita la sangre de un inocente para seguir existiendo; en la película del director mexicano – y nominada al Oscar a mejor film extranjero – somos testigos de la misma historia, pero enriquecida con personajes mucho más oscuros y en un contexto bastante doloroso y poco memorable de la historia de la madre patria.

Y es que la película de Guillermo del Toro es un cuento de fantasía, donde una de las historias está protagonizada por la pequeña niña. Un cuento para recordar los años posteriores a la guerra civil, esa etapa tan dura de España, que Guillermo del Toro recrea de manera eficaz y que Sergi López, en el papel del capitán, termina de hacérnosla creer y temer.

Un capitán que vive su propio cuento, luchando contra los rebeldes para hacerse del poder de la nación. Un personaje maquiavélico, duro y de extremos recursos para imponer su ley, un dictador con características bastantes marcadas pero con un pasado trágico que lo sigue persiguiendo y espantando oculto en el tic tac del reloj familiar que guarda y arregla obsesionado.

Del Toro marca desde el inicio del film el desarrollo paralelo de los cuentos, que sólo se enlazarán, magistralmente, a través de detalles como una tiza, un susurro a la barriga de la madre o un libro que ve el futuro. Detalles que desvían la historia trágica que vive el país europeo de la historia personal de superación, de aprendizaje y de falsa realidad que vive Ofelia. Este tratamiento me parece de lo mejor en la película, así como las escenas de violencia recreadas con solvencia y que pintan de cuerpo entero al capitán Vidal.

La guerra es el contexto que utiliza el director mexicano para una vez más inducirnos a entrar en su mundo de personajes fantásticos, mitológicos, de héroes con poderes sobrenaturales. Contexto para presentarnos al fauno, ambivalencia del bien y del mal, que el director no nos aclara hasta el final de la película, y que va a ser el personaje gestor de las situaciones que llevarán a Ofelia a enfrentarse a sus miedos, temores y al Capitán Vidal para rescatar a su hermano y hacerlo príncipe y compartir con él su mundo, la nueva vida que iniciarán lejos de la tutela del padrastro. Salvando a la nueva generación del los horrores de la guerra y del destino autoritario y violento que el capitán anhela para su hijo.

Maribel Verdú merece una mención especial. No recuerdo haberla visto en otro film donde tenga un personaje con tanto peso y de tanta fuerza como este. Logra encerrar dentro de ella a la mujer que reemplazará a la madre débil, moribunda por otra llena de valor, nada sumisa, valiente y con coraje; gestora y colaboradora de los revolucionarios y matriarca de la nueva generación.

La película del director mexicano cumple con todos los aspectos para enmarcarse entre las mejores películas del año - la iluminación, la música, los personajes y sus actuaciones – pero sobretodo con la historia que nos cuenta, donde Del Toro logra involucramos a nosotros; nos hace querer ser Ofelia y llegar a formar parte de nuestro propio cuento de hadas y olvidarnos de la realidad, al menos por un momento.

sábado, mayo 05, 2007

Proyecto48 (Chapter two)

La increíble cacería del detective Sid Vicius Jack (Part.1)

El corto de Oscar Gallo, un gran amigo que tiene unas ideas brillantes, sobre todo si de audiovisuales se trata. Acá concreto una idea bastante interesante en busca de reinvindicar a los superhéroes lorchos piuranos. Esperamos con ansias el segundo capítulo.

La pequeña Maravilla


Little Miss Sunshine
Dir. Jonathan Dayton y Valerie Faris | 101 min. | EE.UU.

Intérpretes:
Abigail Breslin (Olive)
Greg Kinnear (Richard)
Paul Dano (Dwayne)
Alan Arkin (Granpa)
Tony Collette (Sheryl)
Steve Carell (Frank)

Estreno en Perú: 29 de marzo de 2007

Siempre escuché que para madurar y crecer hay que salir de casa y recorrer el mundo. También escuché que la elección y las tomas de decisiones pueden generar un giro completo en nuestras vidas. Estos dos tópicos se ven muy bien reflejados en Little Miss Sunshine, película independiente nominada al Oscar 2007 en 4 categorías (Mejor película, mejor actriz de reparto, mejor actor de reparto y mejor guión original)

Y es que la historia de este film nos presenta a una familia que mantiene en convivencia a seres completamente desconocidos entre si; disfuncionales con roche que viven reinventando su propio universo, hasta que una situación externa hará que converjan (siempre buscando intereses propios) en la colaboración mutua para emprender un viaje que no sólo los llevará a California sino que los hará convivir durante 1,300 kilómetros dentro de una camioneta van tan disfuncional como ellos mismos.

Olive necesita llegar a la costa californiana para asistir al concurso de Little Miss Sunshine (Señorita Pequeño Resplandor, por llevar el título al español), concurso para el que se ha venido preparando un año con la ayuda de su abuelo, un cocainómano sin pelos en la lengua, interpretado por Alan Arkin –nominado al Oscar por este papel.

Esta situación, junto con la llegada del tío Frank, que acaba de intentar suicidarse por un conflicto de amores homosexuales; presenta un dilema en los esposos Richard y Sheryl, que no ven mejor solución que emprender el viaje familiar a pesar de las carencias económicas.

Las situaciones entre personajes van a ser, a partir de este momento, el punto clave de la película. Un escenario nuevo se creará dentro de la van amarilla. Un universo que no caminará sino es con la colaboración de todos sus integrantes (el VW siempre necesitará un empujoncito para arrancar).

El peso de la película recae sin duda en Toni Collete y Greg Kinnear, ambos con buenas actuaciones, sobre todo la de la bella Collete, que llena de personalidad y fuerza a una madre que es el eje de la familia. Puntos aparte merecen Steve Carell, en un papel distinto a los de payaso y cómico, aportando la imagen de la baja autoestima en un mundo de competencias muy bien entendido por el personaje de Kinnear, un hombre positivo hasta el ridículo.

La pequeña Olive -interpretada por Abigail Breslin y nominada por su actuación-, también tiene un papel vital dentro del film. Por ella es que emprenden el viaje y las respuestas a sus preguntas inocentes harán que cada participante de la travesía tome conciencia, despierte de su encierro y se formule otras cuestiones. A través de ella Dwayne (Paul Dano) se entera de que no puede pilotear aviones y romperá su promesa de silencio que lleva cumpliendo por más de 9 meses. Pero también es ella la canalizadora de las tensiones en el grupo familiar; por ejemplo la discusión sobre el helado en el restaurante y otra sobre el robo del cadáver en el hospital. Sin duda uno de los aciertos en el film.

Una película sin personajes malos, simplemente con personajes que no encajan en la convivencia diaria y que tienen que apoyarse en el otro para poder sentirse a gusto consigo mismo. Personajes que no tienen que parecer extraños en su apariencia, pero que tienen un nivel de complejidad interior que sólo Nietzche Nietzsche y Proust entenderían.

En Pequeña Miss Sunshine, Jonathan Dayton y Valerie Faris, esposos y partners desde los 80, nos entregan una pieza no sólo llena de color, sino con una mixtura de personajes que hacen que su paso por las grandes ligas haya dado frutos y generado mayor interés en su trabajo.

Maria Antonieta siglo XXI (2006)


Marie Antoinette
Dir. Sofia Coppola | 123 min. | EE.UU. - Francia

Intérpretes
Kirsten Dunst (Marie Antoinette), Jason Schwartzman (Louis XVI), Judy Davis (condesa de Noailles), Rip Torn (Louis XV), Rose Byrne (duquesa de Polignac), Asia Argento (madame du Barry), Molly Shannon (tía Victoire), Shirley Henderson (tía Sophie), Danny Huston (Emperador Joseph)

Guión: Sofia Coppola; basado en el libro “María Antonieta: La última reina” de Antonia Fraser.

Producción: Sofia Coppola y Ross Katz.

Producción ejecutiva: Francis Ford Coppola y Fred Roos.

Estreno en Perú: 26 de abril de 2007

Maria Antonieta, la nueva película de Sofía Coppola, inserta a esta reina del siglo XVII en la era pop del nuevo milenio. La directora de Perdidos en Tokio recrea una reina adolescente bastante superficial, desinteresada y muy comercial, de por sí el rostro de Kirsten Dunst está plenamente identificado con la nueva generación, y todo el circulo social de íntimas amigas y concubinas de la delfina nos recuerda las nuevas élites cerradas de jóvenes adolescentes tan bien representadas por su principal estrella Paris Hilton.


La abundancia de primeros planos y planos detalle en la primera mitad del filme nos acercan a la fragilidad, las dudas y la soledad que experimenta la futura reina en su nuevo palacio. Todos calculan sus pasos, miden sus palabras, controlan sus miradas y murmuran sus opiniones al tiempo que la delfina se aburre, se burla y se apaga en la monotonía de la vida palaciega, entrando en una rutina que no le permite cruzar la línea, con un esposo desinteresado en romper el cinturón de castidad que le otorge a Francia un nuevo sucesor en la dinastía gobernante francesa. La película y el estudio de la delfina, pausado, cercano, íntimo llega hasta aquí, una vez consumado el trabajo de asegurar la dinastía Borbón, la película decae.

En esta primera parte de la cinta no sólo vemos el lado superficial y degenerativo de la realeza francesa cercana a la revolución, sino también el proceso de cambio personal de una joven que debe adaptarse a las mayores exigencias que la sociedad y un pueblo desconocido le imponen. Y es que Coppola conoce su oficio y a partir de la puesta en escena, acompañada por canciones de New Order, The Strokes y de The Radio Dept. (que pone de manera muy adecuada) nos invita a entrar a ese mundo que no conocemos pero que juzgamos desde lejos y nos muestra la naturaleza y el contexto en el que se desenvuelve la delfina austríaca.


La segunda parte, donde los hechos históricos tienen mayor relevancia que el mundo interior de la reina, el relato se apresura en concluir, las elipsis que la directora emplea para generar el paso del tiempo no tienen solvencia en la linealidad de la historia -en todo caso el paso del tiempo pudo mostrarse mejor de otras formas-, parecen de un facilismo que no está en la primera parte donde las elipsis suelen ser más formales o en todo caso atinadas, sin recursos forzados como el cuadro escrito que da paso a la revolución y a la parte concluyente de la historia.

Todo en la película esta tratado de manera tan fugaz, que uno no llega a identificarse con ninguno de los personajes –sus intervenciones son cortas, sin valor- incluso la presencia que debe desequilibrar el universo de la reina, el conde Fersen, se remite a un par de escenas sin solvencia. Quizá ese sea un error de fondo en la película, volverla un videoclip, además de no mantener el ritmo de la primera parte y desestimar por completo la riqueza que ofrece el personaje en los momentos cercanos a su muerte. La condescendencia de la directora a un final idealista hace que el final del film no colme las expectativas y que la obra toda se convierta en la más comercial de las realizadas por Coppola, para satisfacer el gusto de las quinceañeras en busca de un ejemplo de princesa que cayó por vivir en un mundo tan superficial como el de las divas de hoy.