sábado, mayo 05, 2007

Maria Antonieta siglo XXI (2006)


Marie Antoinette
Dir. Sofia Coppola | 123 min. | EE.UU. - Francia

Intérpretes
Kirsten Dunst (Marie Antoinette), Jason Schwartzman (Louis XVI), Judy Davis (condesa de Noailles), Rip Torn (Louis XV), Rose Byrne (duquesa de Polignac), Asia Argento (madame du Barry), Molly Shannon (tía Victoire), Shirley Henderson (tía Sophie), Danny Huston (Emperador Joseph)

Guión: Sofia Coppola; basado en el libro “María Antonieta: La última reina” de Antonia Fraser.

Producción: Sofia Coppola y Ross Katz.

Producción ejecutiva: Francis Ford Coppola y Fred Roos.

Estreno en Perú: 26 de abril de 2007

Maria Antonieta, la nueva película de Sofía Coppola, inserta a esta reina del siglo XVII en la era pop del nuevo milenio. La directora de Perdidos en Tokio recrea una reina adolescente bastante superficial, desinteresada y muy comercial, de por sí el rostro de Kirsten Dunst está plenamente identificado con la nueva generación, y todo el circulo social de íntimas amigas y concubinas de la delfina nos recuerda las nuevas élites cerradas de jóvenes adolescentes tan bien representadas por su principal estrella Paris Hilton.


La abundancia de primeros planos y planos detalle en la primera mitad del filme nos acercan a la fragilidad, las dudas y la soledad que experimenta la futura reina en su nuevo palacio. Todos calculan sus pasos, miden sus palabras, controlan sus miradas y murmuran sus opiniones al tiempo que la delfina se aburre, se burla y se apaga en la monotonía de la vida palaciega, entrando en una rutina que no le permite cruzar la línea, con un esposo desinteresado en romper el cinturón de castidad que le otorge a Francia un nuevo sucesor en la dinastía gobernante francesa. La película y el estudio de la delfina, pausado, cercano, íntimo llega hasta aquí, una vez consumado el trabajo de asegurar la dinastía Borbón, la película decae.

En esta primera parte de la cinta no sólo vemos el lado superficial y degenerativo de la realeza francesa cercana a la revolución, sino también el proceso de cambio personal de una joven que debe adaptarse a las mayores exigencias que la sociedad y un pueblo desconocido le imponen. Y es que Coppola conoce su oficio y a partir de la puesta en escena, acompañada por canciones de New Order, The Strokes y de The Radio Dept. (que pone de manera muy adecuada) nos invita a entrar a ese mundo que no conocemos pero que juzgamos desde lejos y nos muestra la naturaleza y el contexto en el que se desenvuelve la delfina austríaca.


La segunda parte, donde los hechos históricos tienen mayor relevancia que el mundo interior de la reina, el relato se apresura en concluir, las elipsis que la directora emplea para generar el paso del tiempo no tienen solvencia en la linealidad de la historia -en todo caso el paso del tiempo pudo mostrarse mejor de otras formas-, parecen de un facilismo que no está en la primera parte donde las elipsis suelen ser más formales o en todo caso atinadas, sin recursos forzados como el cuadro escrito que da paso a la revolución y a la parte concluyente de la historia.

Todo en la película esta tratado de manera tan fugaz, que uno no llega a identificarse con ninguno de los personajes –sus intervenciones son cortas, sin valor- incluso la presencia que debe desequilibrar el universo de la reina, el conde Fersen, se remite a un par de escenas sin solvencia. Quizá ese sea un error de fondo en la película, volverla un videoclip, además de no mantener el ritmo de la primera parte y desestimar por completo la riqueza que ofrece el personaje en los momentos cercanos a su muerte. La condescendencia de la directora a un final idealista hace que el final del film no colme las expectativas y que la obra toda se convierta en la más comercial de las realizadas por Coppola, para satisfacer el gusto de las quinceañeras en busca de un ejemplo de princesa que cayó por vivir en un mundo tan superficial como el de las divas de hoy.

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