Al ver a Bob Flanagan infringiéndose dolor de manera violenta, las cuestiones que uno suele preguntarse arrancando la película terminan convirtiéndose todas en una sola: ¿Por qué?; pero al saber que Flanagan - artista, dibujante y escritor newyorkino - no sólo se infringe dolor y goza en su acción sino que además sufre de una enfermedad incurable y mortal como la fibrosis cística; esa pregunta se tranforma en varios por qués.
Poema: Why?
Es por eso que Sick: Life and death of Bob Flanagan supermasoquist (Kirby Dick, 1997), relata la vida de este ser masoquista y trata de buscar soluciones a estos por qués que a traves del desarrollo de la película vuelven a aparecer como en un circulo vicioso.
El film de Dick está marcado no solo por la figura de Bob, sino por el rechazo a simple vista de lo que no se conoce, de ese muestreo brusco de una realidad a la que no estamos acostumbrados ver pero que existe desde siempre en el mundo de un ser humano que ha logrado sobrellevar esa cruz de una manera que no entendemos pero que debe ser así: tosca, dura y repulsiva para que pueda equilibrar la vida - en cuerda floja - de este hombre tan controversial.
Sin embargo Flanagan es consciente de esto, por eso creo que el documental más que un registro es un autoretrato de estudio que no sólo se encarga de mostrar la vida oscura, degradante de un hombre, sino también de acercarse (muchas veces en un primerísimo primer plano) al interior de Bob, retratando la sensibilidad y la desdicha en sus obras, instalaciones, poemas y campañas de ayuda que le permiten dar a conocer cómo se vive - o se sufre - con una carga tan pesada que lo ahoga constantemente. Además de su amor constante, apasionado, loco y también enfermo por su mujer Sheree Rose, el interés por compartir conocimiento sobre su enfermedad con otros enfermos, fomentar el desarrollo médico para su estudio pero sobre todo conversar, comunicarse con otros y transmitir su pensamiento sobre el masoquismo como forma de auto conocimiento y auto control para poder sobrellevar todos los obstáculos.
“La gente piensa que los masoquistas no son personas fuertes. El estereotipo es que son débiles y llorones, lo que no es cierto. El masoquista debe conocer su cuerpo perfectamente bien y controlarlo totalmente, para poder pasarle ese control a otro o para controlar su dolor. En realidad es una persona muy fuerte. Es la fortaleza que me sirve para combatir mi enfermedad”. (Tomado de aquí)